
Hace un año me encontraba de nuevo en el inframundo del Infojobs buscando ofertas de empleo.
Aunque en principio lo normal era volver a mi puesto en la Fundación Randstad, al final no fue así.
Pasé una etapa de negación, tristeza, ira y finalmente aceptación. Me tocaba buscarme la vida de nuevo.
Encontré dos trabajos “de lo mío” en donde gracias a mi cuidada marca personal y profesional tenía proyección de futuro. Eran pocas horas y poco dinero, pero podía ir tirando.
Si me pusiera a contar la historia de como terminé trabajando para la F.B el post sería demasiado largo. Resumiré diciendo que todos los planetas se alinearon para que pudiera tener este trabajo y poder aprender todo lo que voy a contar aquí. Allá vamos.
Enseñanza 1: No temas dejar algo seguro y cómodo por otra opción que te obligará a dar lo mejor de ti.
Acaba de firmar un contrato indefinido para un sitio que me encanta. Mi jefe, me conocía desde los 16 años. Me acogió casi como a una hija y tenía grandes planes de futuro para mí. Mi trabajo estaba a unos pasos de mi casa, en pleno centro. Pero al día siguiente de firmar el contrato me escribieron de la F.B. Me habían escogido para el puesto de asesora, ¿seguía queriendo ese puesto? ¿aceptaba? Tenía que decidir. Seguramente sin todas las enseñanzas que aprendí en mi anterior trabajo hubiera reusado. Demasiada responsabilidad, inestabilidad, nuevas formas de trabajar. Me daba pánico. Pero una voz me decía que tenía que hacerlo. Ya había llegado, por fin, tras años de esfuerzos, tenía mi hueco en un puesto de responsabilidad de una gran fundación empresarial. Y no cualquiera, sino LA FUNDACIÓN EMPRESARIAL. Con unas condiciones increíbles. Decidí dejar mi puesto de entonces y mi jefe lo entendió. De hecho, me contó un secreto: se lo esperaba. “No sé qué tiene este sitio, pero la gente que entra al poco se le ofrecen grandes oportunidades. Si pasa cualquier cosa, no dudes en llamarme y volver” y Empezó el paseo en montaña rusa (o más bien alemana).
Enseñanza 2: Adaptarse a nuevas formas de trabajar requiere un tiempo. Hay que intentar que sea el menos posible y eso se consigue pidiendo feedback y observando mucho.
El trabajo con la F.B es todo una masterclass de “Nuevas formas de trabajo en el siglo XXI” para empezar no es un trabajo en sí, sino que soy autónoma y facturo como asesora unas horas a la semana, tengo total libertad de coger otros clientes siempre que cumpla las horas del contrato. De hecho, lo hago. Lo que facturo al mes con F.B da para vivir de sobra (sueldo alemán) pero me permite seguir incrementando mis ingresos si quiero dedicar más tiempo a trabajar. Eso me encanta. Es justo mi filosofía de vida. Disfruto trabajando para varias entidades a la vez si quiero, pero si estoy “vaga” con sólo un cliente puedo vivir bien.
Enseñanza 3: Las competencias transversales se agudizan en los puestos de responsabilidad.
En el anterior post hablé de ellas, lo he que aprendido durante este año es que esas mismas competencias que son deseables para cualquier empleo, en un trabajo de responsabilidad y autonomía, estas se hacen imprescindibles. La movilidad, la inteligencia emocional, la buena actitud y la capacidad de aprendizaje lo son todo y se desarrollan a escalas superiores. Tratas con gente con más poder, tienes que viajar más (avión, tren o coche) y aprender más rápido sin perder la sonrisa.
También añado una competencia extra que se desarrolla en puestos de más responsabilidad: la capacidad de trabajar en cualquier sitio y la multitarea: reuniones por Skype en cafeterías, llamadas importantes mientras conduces, redactar informes y correos en el tren etc.
Enseñanza 4: Soy más insegura de lo que pensaba
Tratar con personas nunca ha sido mi fuerte (de hecho, comencé en esta profesión para desarrollar mis habilidades sociales) pero pensaba que ya había llegado a un buen nivel de confianza y comunicación. Este trabajo, o más bien, las tareas que se incluyen en el servicio que presto han dado bofetadas a mi ego a tutiplén. El resto de los asesores contaban con muchísima más información que yo, y mis competencias transversales empezaron a parecerme irrisorias: me ponía tan nerviosa en las reuniones que me costaba procesar la información. Puedo transmitir confianza al “público objetivo” del trabajo social: personas que necesitan algún recurso, pero con directores de centros educativos, técnicos de la administración, directores de RRHH de grandes empresas mi confianza flaqueaba harto. He tenido que hacer un gran trabajo personal sobre mi autoestima para que esto no me afectase y ponerme con dignidad en el papel que represento. No sólo he sido la nueva, también la más joven. Aún me queda mucho por pulir.
Enseñanza 5: Maneja bien la información
Cuanto más responsabilidad se tiene, más y mejor hay que manejar la información. Al incorporarme al proyecto “heredé” una gran cantidad de información. Tarde 3 meses y un tirón de orejas en aceptar que la información no puede ser heredada. Dediqué muchas horas a trabajarla de nuevo de arriba a bajo y a organizarla según mis propios criterios. Así por fin conseguí memorizarla, manejarla y hacer bien mi trabajo.
Enseñanza 6: Informes, Informes, Informes
A más responsabilidad y autonomía también más informes. Para poder hacerlos he tenido que recurrir a un profesor particular de Excel. También el power-point es útil y desde luego el Word. Manejar gran cantidad de información es lo que tiene.
Enseñanza 7: Aporta mucho trabajar con profesionales de campos muy diferentes
Me quedo loca con las capacidades de otros asesores. Son una inspiración diaria para mí cada uno a su manera. Los veo como profesores de competencias que me gustaría desarrollar.
Dar un salto profesional hacia arriba, asusta, estresa, da insonmio, miedo…pero afortunadamente existen muchas formas de manejar ese estrés: psicólogos, deporte en gimnasio o al aire libre (yo ahora me dedico al boxeo) baile (nunca dejaré mi zumba) amigos, pareja, naturapatia, masajes, Netflix,libros…
Yo las estoy probando todas y funcionan. Desde aquí os animo a seguir soñando, a dar saltos profesionales que den miedo, que os reten, a toparos con jef@s exigentes, compañer@s alucinantes de los que aprender mucho…
Los trabajadores sociales podemos con eso y más.