MI EXPERIENCIA COMO FORMADORA ONLINE: ERRORES Y ACIERTOS

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Vivir en esta época tiene cosas buenas y malas. En este post no me voy a dedicar a desgranarlas. Sólo diré que una de las buenas es la democratización del conocimiento.

Esto implica que cualquiera (desde cualquier parte) puede crear y compartir formación online.

Me consta que es una buena opción para casi cualquier profesional.

Ser formador online tiene múltiples ventajas: dinero extra, reconocimiento profesional, estructuras mentalmente tus conocimientos, te obliga a actualizarte etc.

Por ello me gustaría dedicar un post a esta faceta mía. Por si le es útil a algún lector del blog.

Desarrollar una formación online

Primera experiencia: Curso online organizado con un Colegio Profesional. Prestigio y alcance.

Durante el 2015 yo me encontraba haciendo mis primeros pinitos con este blog y en el campo profesional de la Responsabilidad Social Corporativa, cuando recibí la primera propuesta para hacer un curso online de RSC y Trabajo Social del Colegio de Cádiz.

Nunca había hecho nada parecido, pero me pareció buena idea empaquetar mis conocimientos y transmitírsela a otros trabajadores sociales. Por entonces, ya estaba convencida (y sigo convencida) de que tener conocimientos sobre Responsabilidad Social Corporativa era un plus para cualquier profesional del sector social.

Acepté la petición y creé el primer curso online sobre Responsabilidad Social Corporativa y Trabajo Social. Sacamos 25 plazas que se llenaron sin problemas y durante un mes y medio tutoricé el curso.

Para los dos próximos años quisimos hacer otras convocatorias. Pero pasó algo curioso: cuanto más se a acercaba la fecha para el inicio del curso, más dolores y problemas en el estómago se me provocaron. Tuve que anular en esas dos convocatorias el curso, dañando mi imagen profesional y sintiéndome culpable por lo ocurrido. Por entonces no sabía que el cuerpo habla alto y claro para indicarnos que es lo mejor para nosotros.  Y el mensajero más persistente suele ser el estómago. La situación hizo que le cogiese miedo a comprometerme a impartir otros cursos online y me obligué a hacer a hacer análisis de mi experiencia con el curso online, viendo con claridad lo que me había gustado y no gustado de la organización del curso. Según mi experiencia, puedo contar lo siguiente:

Ventajas de organizar un curso online con un Colegio Profesional:

  1. No te tienes que preocupar por la plataforma de formación: los colegios suelen tener una propia o subcontratarla a una empresa.
  2. Tienes el apoyo y compañía de los técnicos del Colegio. A mi me tira muchísimo la relación personal con las personas con las que trabajo. Son fuentes de motivación y alegría durante el proceso.
  3. Tienes el respaldo de una institución con prestigio: no es lo mismo una empresa cualquiera que un colegio profesional. Éste suele darte la opción de que tu curso esté homologado para oposiciones y los alumnos se apuntan al curso con más confianza. Un curso impartido desde un colegio profesional tiene un sello de calidad incuestionable.
  4. Mayor prestigio como formadora y profesional. Los colegios profesionales no suelen buscar a cualquiera que se ofrezca para impartir una formación desde su institución. Eligen cuidadosamente al formador/a y se aseguran de la calidad de la formación. Al fin y al cabo se juegan su propia reputación.
  5. Se llega a más gente ya que promocionan el curso entre los colegiados.

Desventajas:

  1. Dependes de una institución externa: pueden cambiarte fechas, no entenderte con el técnico del Colegio, que no te sientas bien atendida. A mi personalmente no me ha pasado, pero puede ocurrir.
  2. El Colegio no es una empresa de formación. Por tanto, cualquier incidencia con la web se dificulta mucho. La prioridad del Colegio no es la formación online, es dar servicio a los colegiados. No se les puede pedir que de repente los técnicos se conviertan en programadores y solucionen las cosas rápido.
  3. No suelen estar preparados para tener alumnos de otros países (pierdes alumnos)
  4. Se quedan con un margen económico de la formación.
  5. Tienes una fecha fija para empezar el curso y no puedes aplazarlo.
  6. Tienen el precio fijado de antemano y es bajito. Poca rentabilidad.

Segunda experiencia: Curso online organizado con otras empresas de formación.

En mi caso fue la famosa empresa Grupo 5, a través de IFIS, su empresa de formación.

Yo soy fan de Grupo 5, me encanta su editorial. Es una empresa pionera y referente en el sector social en España. Si tenían una empresa de formación, ¿cómo no iba a intentar entrar como profe?

Les hice una propuesta y la aceptaron. Aparte de Grupo 5 hay otras empresas como Intervención Social S.L que oferta formación online. Sólo es cuestión de contactar con ellos, hacerles una propuesta, justificársela bien y con suerte te abrirán las puertas.

Ventajas:

  1. Trabajas con expertos en el sector social y del sector de la formación.
  2. Mayor prestigio profesional.
  3. Llegas a mucha gente. Estas empresas invierten en publicidad y tienen un gran banco de datos.
  4. Te ayudan a montar tu curso con la máxima calidad. Aprendes mucho con ellos.

Desventajas:

  1. Fecha ya programada y fija.
  2. Lo normal es que el precio final del curso sea más alto que en los Colegios y tu margen de ganancia es menor. Al ser el precio más alto, es más difícil tener alumnos.
  3. Al ser una empresa externa dependes de ellos. En mi caso no se llegó a un número mínimo de alumnos, así que se anuló.
  4. Puede que tengan el precio fijado de antemano. Te puede parecer demasiado caro el curso o demasiado barato.

Tercera experiencia: Libre como un pájaro. La web Brainspro.

Aunque las dos experiencias anteriores fueron positivas para mí, llegó un momento en que me puse “más en serio” en pensar en mi curso online.

Leí blogueros expertos en el tema de los Infoproductos como Franck Scipion. Y llegué a la conclusión de que había una tercera vía más adecuada para mi y mi situación: Montar mi propio curso online. Para ello, topé con una empresa de innovación social de Málaga llamada Ecoemprende. Tenían en fase Beta una web de formación especializada justo en innovación social y sostenibilidad. Blanco y en botella.

Existen además otras plataformas más generalistas como Udemy.

Ventajas:

  1. Tienes libertar para crear tu propio curso con las condiciones que quieras: fechas, contenidos, precios.
  2. Utilizas una plataforma creada específicamente para profesionales como tú. Eso hace que sea muy intuitiva de utilizar y tienes un buen servicio técnico.
  3. Están habilitadas para alumnos de otros países.
  4. Si te pones a investigar, en sus blogs suelen haber muchos recursos para los formadores.

Desventajas:

  1. Dependes totalmente de tu propio trabajo: Lo puedes hacer mejor o peor. No hay ninguna institución externa que te revise o te “regañe” por la mala calidad de tu curso. Responsabilidad total.
  2. Llegas a poca gente. Al ser una web de formación generalista de nuevo dependes de tus propios contactos y capacidad de convocatoria.
  3. Al tener tanta libertad tienes que dedicar un tiempo a ensayo y error, viendo que opciones te funcionan y cuáles no.

Conclusión

Hay distintas opciones dependiendo del objetivo principal y las características de cada formador.

A mí, por ejemplo, me vino muy bien empezar a trabajar con el Colegio de Trabajo Social de Cádiz, donde son especialmente abiertos a la hora de recibir propuestas innovadoras.

Cuando empecé a tener problemas con las fechas tuve que buscar otras opciones que se ajustaran más a mi situación personal y profesional.

También hay que tener en cuenta los propios contactos del formador.

En mi caso tengo un blog con suscriptores y una página de Facebook especializada, eso facilita que tener el curso de forma “libre” sea una opción posible.

Si no se cuenta con blog o una base de datos de potenciales alumnos, pienso que es mejor las dos primeras opciones.

De momento, estoy contenta con Brainspro y actualmente estoy probando diferentes fórmulas con el curso online de RSC para la Intervención Social.

Empecé anárquica total: no había fechas de matriculación ni número de alumnos máximo. Ahora voy a probar con grupos de 10 alumnos cada tres meses para realizar un mejor seguimiento del proceso de aprendizaje.

Y esto es todo amigos.

Si os animáis a crear un curso online os deseo mucha suerte!

La clave está en mejorarlo poco a poco. Estar convencido de que se está ofreciendo un buen producto. Y disfrutar con el proceso!

Un abrazo

COMO FRACASAR EN CASI TODO Y AÚN ASÍ TRIUNFAR(EN TRABAJO SOCIAL)

Los últimos meses he estado algo desconectada del mundo virtual y seguramente lo esté aún  más en los próximos meses, sin embargo, no quiero dejar de lado en ningún caso este blog y quiero actualizar por lo menos una vez al mes para ir contando mis guerras dentro del mundo del trabajo social de empresa.

Los que me conocéis personalmente sabéis que he pasado unos meses muy duros como emprendedora social y que finalmente decidí darme un descanso mental y buscar trabajo por cuenta ajena durante un tiempo.

Siendo sincera, durante esta época se me cayó el alma a los pies y miedo me daba de mi misma cuando tenía que dar una charla, conferencia o clase a otros trabajadores sociales. Temía ser demasiado negativa y que mis fracasos laborales envenenasen mis discursos y los oyentes se fueran a casa desanimados y decepcionados. Siempre he tenido fama de ser una persona optimista y motivadora. Pero los hechos son los hechos y darme cuenta de que ADRES era un proyecto inviable tal y como lo había planteado y gestionado durante 3 años, no me hacía feliz (prometo hacer un post contando cada uno de mis fallos como emprendedora en este proyecto).

Afortunadamente, mi circunstancia laboral ha cambiado a mejor y he podido ver la situación desde otras perspectivas, espero que más realistas.

VERTE FRACASAR ME HACE FELIZ

Hasta esta mañana no tenía muy claro sobre qué escribir el post de hoy, más que nada quería justificar mi ausencia estos meses y poneros al día antes de escribir post más específicos que tengo en mente. Pero he visto esta noticia sobre un profesor de Princeton que ha publicado su CV de fracasos y me ha inspirado para lo que quiero transmitir.

Ultimamente he estado hablando con mis amigos trabajadores sociales, emprendedores y blogeros sobre el hecho de que, curiosamente, nuestros post más populares son los que hablan sobre nuestras propias miserias como profesionales. Como ejemplo pondré el post de Israel Hergon sobre su terapia personal o en mi caso, el post más leído durante la primera semana de publicación que fue sobre por qué me arrepiento de haber hecho tanto voluntariado.

No creo que este fenómeno del “éxito de los fracasos” tenga algo que ver con la envidia o las ganas de ver sufrir a alguien. Para nada, creo que más bien tienen éxito porque son post en donde al lector le resulta fácil reconocerse y reírse de sus propias neuras.

Vivimos en una sociedad en donde nunca se es suficientemente bueno, tenemos mil obligaciones, y eso nos hace sentirnos fracasados continuamente. Leer las experiencias de otras personas en donde se muestran sin tapujos esos pies de bailarina destrozados, nos reconforta.

Ese emprendedor que ves tan feliz dado charlas por todas las universidades de España está ahí porque ha sufrido, porque se ha superado. ¿Y si él ha podido porqué nosotros no? Las historias de lucha y fracaso nos inspiran más que las de éxito fácil. Porque entendemos que no existe el éxito fácil y es más, la palabra “éxito” o “fracaso” son relativos.

MIS SUPUESTOS FRACASOS Y EXITOS

Considero mi carrera profesional como la mayor carrera de obstáculos de mi vida. Cuando pensaba que las cosas iban bien, las cosas no iban tan bien y viceversa. En realidad, al final, creo que si he aprendido algo durante estos meses de completa crisis existencial ha sido a relativizar. Nunca sabemos a dónde nos va a llevar una situación y calificarla de “buena” o “mala” rotundamente sólo nos estrecha la cabeza y nos hace sufrir. De momento yo he pasado por lo siguiente:

  • Terminé la carrera de Trabajo Social en la universidad y gracias a una combinación de suerte/éxitomerecido, entré a trabajar en una gran ONG. Consideré que era un gran éxito al principio, pero después, a los tres años cuando me echaron y me cambiaron por mi alumna en prácticas. Lo consideré un fracaso ¡había perdido años de mi vida en una ONG en donde no tenía ninguna oportunidad de tener un sueldo digno algún día!
  • Al comprobar lo precario que suelen ser los trabajos en la ONG decidí dar un cambio radical en mi especialización y dedicarme a la Responsabilidad Social Corportiva en vez de a la Infancia y Familia como hasta ahora. Consideré un éxito este vuelco, porque la RSC estaba de moda.
  • Con el tiempo comprobé que la Responsabilidad Social estaba copado por profesionales de la empresa y era difícil encontrar trabajo en este campo viniendo del sector social puro y duro. Lo consideré un fracaso por ingenua, sólo tenía la opción de emprender.
  • Conseguí emprender en RSC y que el proyecto rodase. Conseguí socios privados, financiación pública y mil competencias más como emprendedora social. Lo consideré un éxito.
  • ADRES estalla: yo cada vez estoy más cansada del proyecto, las administraciones públicas no pagan y no tengo tiempo ni energía para conseguir más fondos privados. Me desespero y empiezo a trabajar de otras cosas. Lo considero un gran fracaso.
  • Sale una oferta de empleo en la Fundación Randstad (en Infojobs, si, eso aún existe) postulo y consigo entrar tras un duro proceso de selección. El motivo principal por el que me contratan: las competencias que adquirí mientras dirigía ADRES. ¿entonces, el punto anterior fue realmente un fracaso?

NUEVA ETAPA

Espero haber aprendido la lección y no dejarme llevar de nuevo de forma tan estrepitosa por mis emociones. TODO, TODO absolutamente lo que hacemos tiene un resultado. Me temo que la vida no es tan predecible como pensamos y claro, eso le da 100 patadas a nuestro ego y nos hace sufrir. Yo he sufrido mucho por mis fracasos en el plano laboral e imagino que a vosotros os pasará lo mismo. Por eso nos gustan tanto las historias de fracasos porque que en realidad son aprendizajes necesarios escondidos en situaciones que nos disgustan.  Yo ahora empiezo una nueva etapa. Me siento afortunada por la oportunidad que se me ha presentado, pero espero no perder de nuevo el norte y en el caso de toparme  con una nueva decepción, tratar de ver el aprendizaje que hay detrás.

Prometo seguir contando por aquí mis “fracasos” como trabajadora social en el mundo de la empresa.

¿Y tu, te sientes un profesional fracasado? ¿has aprendido a valorar los aprendizajes?

P.D. El título del post lo he sacado de un best seller: «Como fracasar en casi todo y aun así triunfar» en donde el autor, un reconocido dibujante nos cuenta sus desventuras como emprendedor, trabajador y artista.

Fracaso

 

TRABAJO SOCIAL E INTELIGENCIA FINANCIERA: EL PORQUÉ ME ARREPIENTO DE HABER HECHO TANTO VOLUNTARIADO

Durante el pasado mes de Enero, al tener vacaciones me he permitido el lujo de poder quedar con todos los amigos y amigas que ya no viven en Sevilla y que volvían a casa por Navidad.
Además de la tremenda alegría que da volver a ver a amigos que, por circunstancias laborales, ya no puedes ver a menudo, varios de ellos me dejaron charlas trascendentales, de esas que te dan una idea de por dónde debes orientar los objetivos de año nuevo.
Tengo que decir que los meses julio-agosto-septiembre y los que siguen han sido muy difíciles para mí en el plano laboral. La morosidad de las administraciones públicas (que aún continúa inexplicablemente) y las muchas opciones que tengo abiertas, me tenían sumida en una especie de estado de shok: ¿por dónde tirar? ¿Por qué he sido tan estúpida de haber delegado mi sueldo del 2015 en una subvención? ¿Tendré éxito en mis proyectos más ambiciosos?
Sobre todo esto me quejaba a un amigo que tenía una trayectoria bastante parecida a la mía: es emprendedor, muy formado y con una ilusión desbordante. Además tengo que decir que mi amigo es lo que se llama en el mundo empresarial un “Connector”. Los connectors son personas que parecen que han nacido con una agenda y un teléfono móvil bajo el brazo. Mi amigo destaca por su cantidad de contactos y el firme empeño de que esos contactos se conozcan entre sí y lo que es más importante, que se ayuden entre sí. Si quieres que te presenten a alguien tienes que llamarlo y él te lo presentará encantado. De hecho, le gusta tanto su labor como “casamentero profesional” que se dedica profesionalmente al networking actualmente.
Mi amigo me escuchó y me dijo: “ayyy Almudena, yo también he pasado por eso. Y te diré lo que me recomendaron mis mentores de por entonces. Has emprendido demasiado pronto y te estás agotando. Tienes que aprender más sobre la vida. La gente tan idealista como nosotros no para de emprender cosas. Está en nuestra naturaleza, pero tienes que equilibrarte, te recomiendo que cojas más trabajos por cuenta ajena durante un tiempo al menos para recuperarte anímicamente. Yo fue lo que hice. Y ahora vuelvo a las andadas con mi propio proyecto con un poco más de energía”.
Y que razón tenía. A pesar de que recuerdo mi época universitaria como la más fácil y una de las más felices de mi vida, tengo que decir que mi idealismo hizo que tomase algunas decisiones que no fueron buenas. Empecé en el mundo de las ONG muy pronto, con 16 años y me sentí como pez en el agua ¡había encontrado mi sitio! Por eso estudié no sólo una carrera social sino dos: trabajo social y educación social. Los fines de semana coordinaba un proyecto social que había montado con mis amigos en un barrio en riesgo de exclusión social. Pasábamos tanto tiempo allí que bromeábamos con mudarnos al barrio, con las familias a las que atendíamos. Además entre semana estudiaba las dos carreras y era activista de Amnistía Internacional. Cuando mis compañeras de clase se iban a casa a estudiar o a trabajar yo me dedicaba a perseguir alumnos por el campus para que firmasen por la abolición de la pena de muerte en Japón. Gracias a mi pasión por la carrera conseguí muchas becas para hacer prácticas fuera de España. También tenía todo el tiempo del mundo para ir a congresos y cursos gratis. Mi vida era el trabajo social y la educación social, todo lo demás, sobre todo el dinero era innecesario. No entendía por qué había compañeras/os que trabajasen los fines de semana, salvo aquellos que realmente lo necesitaban. Pobrecillos pensaba, no tienen tiempo para hacer voluntariados ni irse a México a aprender. Como siempre he sido una persona muy poco materialista tampoco sentía que necesitase el dinero para caprichos. A mi hermana por ejemplo le gusta mucho la ropa y ella si trabajaba en su tiempo libre.

El jarro de agua fría llegó en el mundo laboral. En el mundo académico estaba en mi salsa, si te esfuerzas, sacas cualquier cosa. En el laboral hace falta otro tipo de inteligencia que se conoce como inteligencia financiera: la capacidad de ganar dinero y administrarlo bien. Y ahora paso a dar mis argumentos de por qué no debí haber hecho tanto voluntariado y si desarrollar otras habilidades:
1. Escoger bien las prácticas: Yo estaba tan cansada de mis múltiples voluntariados y prácticas en otros países que no escogí bien las prácticas en mi ciudad natal. Amigas mías sin ninguna experiencia de voluntariado si escogieron bien y pudieron quedarse a trabajar allí después.
2. Confundir las cosas: Tanta experiencia con ONG y prácticas gratuitas me hicieron olvidar lo que es el trabajo en sí: el trabajo está para darte dinero y tener unos medios para vivir independientemente. Yo no he correlacionado trabajo-dinero hasta hace muy poco, ya que siempre he dado mi tiempo libremente. Hay compañeros/as que tienen experiencia en otros sectores profesionales y eso está bien. Eso hace que sean más precavidos con su tiempo y escojan mejor las oportunidades. De hecho, las mejores trabajadoras sociales emprendedoras que conozco curiosamente han trabajado mucho en otros sectores como en tiendas de ropa.
3. Desarrollar otros conocimientos transversales: Más importante que la experiencia del voluntariado en el mercado laboral son saber inglés, el paquete office, carnet de conducir, ventas, contactos. Aprende esto cuanto antes y dominarás el mundo.
4. Alimentamos una rueda injusta: Como dice uno de mis profesores de carrera “la ley de voluntariado es una ley de economía en el fondo”. Es un problema terrible en la profesión. Nos están eliminando como profesionales y hacer voluntariado alegremente contribuye a ello.
5. Sobreestimar las becas internacionales: Una de las razones por las que he sido adicta a los voluntariados eran mis ganas de conseguir becas y hacer prácticas fuera de España. Era realmente buena haciendo esto. Sin embargo, después me he dado cuenta de que hay muchas, muchas opciones para coger experiencia fuera. Y opciones más inteligentes financieramente hablando. Ahora hay plataformas de intercambio internacional por todas partes, incluso para buscar trabajo allí directamente. Además de páginas de voluntariado internacional como hacesfalta.org u organizaciones como AIESEC. Vamos, que no hace falta conseguir una beca de la Universidad para aprender fuera.
Para terminar me gustaría hacer una pequeña reflexión sobre la inteligencia financiera y los trabajadores sociales.
Se me ocurre una cosa. ¿Y si tal vez la profesión esté tan mal pagada porque está formada por gente naturalmente con poca inteligencia financiera? ¿Atraerá la profesión del trabajo social a personas financieramente un poco ineptas que se sienten seguras trabajando en ONG y en la Administración Pública en dónde hablar de dinero es poco común? ¿En el fondo nos sentimos más cómodos trabajando gratis? ¿Qué tenemos que hacer los trabajadores sociales para espabilarnos en tema del dinero?
Por mi parte estoy en ello. Después de detectar esta limitación como emprendedora dedico mucho esfuerzo en desarrollar mi inteligencia financiera, que está ahí escondida tras años de vivir en el país de las piruletas. Ahora estoy aprendiendo que no puedo vivir sólo de buenas intenciones, tengo que seleccionar mejor mis proyectos (en función a su rentabilidad) para no desgastarme como emprendedora. En el mundillo empresarial se dice que en un verdadero emprendedor debe ser dos cosas: 1) Un visionario y 2) un gánster. El visionario ve las oportunidades, anima a la gente a seguirle y tiene intenciones puras. De eso tengo mucho. Pero el gánster debe saber poner límites, hacerse respetar y ver fríamente la situación real. Espero poco a poco mejorar en este aspecto. No quiero decir que de repente me vuelva una capitalista sin escrúpulos deseosa de arrancarle a mujeres, hombres y niños todos sus ahorros. Pero si tengo que equilibrarme en este aspecto. Tengo que hacerlo por mi bien y el de mis proyectos. Si no, siempre seré una emprendedora a medias.
P.D. Este post va dedicado a varios trabajadores/as sociales jóvenes que después de mis charlas se acercan para comentarme lo que les angustia trabajar en sectores que no son “lo nuestro”. Repetiré lo mismo que le digo a ellos: eso no resta, al contrario, suma. Siempre estamos aprendiendo. Los trabajadores/as sociales debemos de tener los pies en la tierra y la verdad, el trabajo, de lo que sea, ayuda a esto. Vedlo como una oportunidad, no como una amenaza para vuestra vocación.

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10 lecciones que tuve que aprender para ser emprendedora social (II)

Este post es la segunda parte del post «10 lecciones que tuve que aprender para ser emprendedora social (I)»

Continuamos donde lo dejamos:

6. Más receptividad que actividad. En el anterior post terminé contando cómo había escogido mi especialización y nuevo proyecto empresarial. La verdad es que aunque os pueda sorprender durante el último año aprendí una lección muy zen sobre emprender que trato de aplicar cada día. Lo normal es que emprendiendo tengas una lista de tareas larguísimas por cumplir: que si la web, que si el desarrollo de negocio, etc. Más aún si lo llevas adelante solo/a. Sin embargo, hay que tener cuidado. La mayoría de los emprendedores nos metemos en una vorágine de actividades y reuniones en la mayor parte innecesarias. Como tenemos 8-9 horas al día de trabajamos esas 8-9 horas. Si tuviésemos 15 horas trabajaríamos esas 15 horas. Nunca hay fin. Siempre hay puertas que tocar, opciones que probar. Sin embargo, al final he aprendido que la actividad no es tan importante sino la receptividad. La receptividad se refiere a tener la capacidad de desconectar de tus problemas, ansias y necesidades para enfocarte en escuchar los problemas, ansias y necesidades del mundo. Para ello hay que tener una mente calmada y abierta a las señales que la vida nos va ofreciendo. Más que ponernos a disparar frenéticamente a todas las oportunidades que veamos, hay que ser un francotirador confiado y eficaz. Para ver las auténticas oportunidades no vale estar ansiosos y ultra ocupados sino relajados y dispuestos. Tratar de simplificar más y más hace que tengamos mejores ideas. Sólo hay que echar un vistazo a todas las grandes ideas de la humanidad. Los genios/as que las tuvieron estaban en un momento relajado. Como emprendedora para mí es importante tener una vida relajada. Una vida relajada es una vida con inspiración. Durante este año me he propuesto reducir mi agenda y horario de trabajo para poder dedicar más tiempo a cultivar mi receptividad. Eso se consigue practicando meditación, durmiendo bien, viendo a amistades, haciendo deporte, paseando por la naturaleza. Ahora trato de simplificar mis tareas de emprendedora para tener más tiempo libre y por tanto aumentar mi receptividad. Varios trabajadores sociales me han escrito correos diciéndome que no se les ocurre ninguna idea para ejercer en el mercado de trabajo. Eso es normal, el mundo en el que vivimos promueve de forma exhaustiva la actividad sin reflexión, somos una sociedad cansada. Y el cansancio lleva a la falta de inspiración. La actividad es fácil, la receptividad es difícil porque conlleva parar y repensar.
7. Por tu salud mental, diversifica. Me refiero a diversificar trabajo e ingresos. Durante este curso como no he ido recibiendo mi sueldo, me vi obligada a trabajar en otras cosas. Y la verdad es que estos trabajos “menores” han contribuido enormemente a mi salud mental. Los emprendedores solemos pasar horas y horas a solas en el ordenador. Tener otros trabajos que te obliguen a cambiar el chip es muy útil. Personalmente yo recomiendo trabajos extras en los que te paguen bien por hora y en efectivo. Mejor aún si implican contacto humano y cierto esfuerzo físico. Yo trabajo como tutora en Texas Teach University hora y media a la semana y como anfitriona de Airbnb de un piso, lo que me ocupa otras 3 horas más o menos a la semana. En total dedico unas 4-5 horas a la semana a otros trabajos. Trabajos sencillos y bien pagados, en donde tengo que hablar inglés. Además, debo decir que disfruto sobremanera limpiando este piso de Airbnb. La dueña me llama y debo limpiar y recoger un minipiso para unos turistas extranjeros. Limpiar la casa me da tranquilidad mental y es realmente satisfactorio tener un trabajo en donde los resultados se ven a tan corto plazo. En 2 y media el piso está limpio y los extranjeros atendidos. Vuelvo a casa a trabajar en mi proyecto muy satisfecha y con la mente despejada. Saber que siempre tienes opciones para ganarte la vida si tu proyecto no funciona es una buena baza para lo que viene a continuación.
8. Todo va lento, muy lento. Por eso mismo insisto sobre la necesidad de diversificar empleo. Conseguir una reunión con un cliente importante puede tardar meses. Después de esa reunión otros meses en firmar contrato. Meses de crear productos y servicios, meses para difundirlos, meses para que te compren, meses para que te paguen… emprender es muy difícil. Y todo lo difícil lleva su tiempo. Es una tarea a largo plazo en donde prima la estrategia. La impaciencia es mala consejera. Las cosas no dependen sólo de ti. He conocido trabajadoras sociales emprendedoras que a partir de un año trabajando han comenzado a tener algún tipo de ingreso. Aceptar que los frutos de mi emprendimiento se verán poco a poco me ha costado pero es vital para llevar este tipo de vida. Empieza a cultivar paciencia de jardinero/a.
9. Cuidar el cuerpo tanto como a mi proyecto. Este año ha sido especialmente duro. La Junta de Andalucía no me pagaba, tenía que trabajar en otros sitios para sobrevivir, una semana antes de irme de vacaciones me bloquearon la web de ADRES, su newsletter y la de este blog porque sí. Además estudiaba un máster difícil y afortunadamente me salían ofertas como formadora en donde no quería decepcionar. No hubiera podido sobrellevar todo esto bien si una buena salud física. Hacer deporte cada día para mí es una prioridad porque emprender conlleva dos cosas 1) que tu cabeza trabaje a pleno rendimiento ya que como dije antes la mayor parte del éxito consiste en una buena estrategia y 2) las frustraciones a las que te enfrentas cada día van produciendo reacciones de estrés que ahí quedan y se amontonan. Hacer deporte te obliga a utilizar el cuerpo además de la cabeza, pudiendo equilibrar ambas, además de descargar todo el estrés diario. No sólo lo digo yo, Fernando Trias de Bes en su famosa obra “El libro negro del emprendedor” recomienda practicar deporte para desarrollar carácter y espíritu luchador, Cualidades indispensables para ser emprendedor/a. Yo personalmente, practico el noble arte del perreo en clase de Zumba, Bodycombat para acentuar mi espíritu luchador y Bodypump para fortalecer todo el cuerpo. Lo tengo comprobado. Hacer deporte ayuda a emprender. Ya no pongo excusas a la hora de mover el culo del escritorio por muy ocupada que esté.
10. La unión hace la fuerza. Aunque trato de reducir el número de reuniones a las que debo asistir (quitan tanto tiempo) trato de mantener el contacto con el mayor número posible de grupos. Pertenezco al Colegio de Trabajo Social de Sevilla, a la Plataforma de Defensa del Trabajo Social de España, a un grupo de emprendedores jóvenes de Sevilla (Sevilla UP), a la BlogoTSfera, a la organización internacional de liderazgo femenino Aspire Foundation. Esos son los formales. En los informales meto a toda clase de personas. Hace poco he descubierto el increíble poder del networking cuando me topé con el libro “Nunca comas solo” en dónde el autor detalla de forma maravillosa cómo funciona el networking y las ventajas que tiene. Tener claro que el emprendedor nunca es un lobo solitario sino que “caza” en manada ha despejado mis objetivos del 2016. Busca mentores, busca aliados, busca grupos a los que pertenecer. Aumentará tus probabilidades de éxito y encima disfrutarás con ello.

Y esos son los 10 aprendizajes durante los últimos tres años. Seguro que en los próximos tres años habrá más. De momento, estos forman parte de la brújula con la que me guío en el día a día. Espero que os haya gustado.
¿Y vosotros? ¿ pensáis que estos consejos sirven sólo para emprendedores o para cualquier profesional?

frutos

10 Lecciones que tuve que aprender para ser emprendedora social (I))

Ahora en noviembre cumplo exactamente tres años como emprendedora social. No es que sea mucho tiempo lógicamente, pero subjetivamente me parece toda una vida: los aprendizajes (y golpes) han sido tantos y tan intensos que tengo la sensación de que como ocurría en la película Interestelar, una hora en la galaxia emprendedora equivale a 7 años en el planeta tierra.
Espero que mis aprendizajes ayuden a más de un incauto e ingenuo emprendedor/a social que habite por la ciberesfera. Los aprendizajes los describo en orden cronológico:
1. Encuentra tu motivo: Suena tópico, pero todo Quijote necesita a su Dulcinea. Y créeme si emprendes en el sector social eres un Don Quijote luchando contra molinos (y más tarde, contra facturas, el banco, tu propia pereza, etc) así que desde el primer momento necesitas algo, una imagen, una visión, un lugar, una persona…que te motive a levantarte cada día para conseguir el objetivo de vivir de tu proyecto. En mi caso fue la idea de poder ver a mi novio cada semana y continuar disfrutando de nuestra vida en común. Llegó un momento en mi carrera profesional en donde fui consciente de que si continuaba trabajando para otros en el Tercer Sector tendría difícil independizarme y tener un sueldo digno. Así que tuve que elegir: o emigrar a otro país como habían hecho tantos de mis compañeros de profesión o quedarme y luchar por mi relación auto empleándome. En España existe el dicho que dice “tiran más dos tetas que dos carretas” pues bien, también hay pectorales que tiran como carretas. Decidí que la situación laboral no iba a determinar el tipo de relación que mantuviese con mi novio, y convertí mi amor por él (soy consciente de lo cursi que suena pero es la verdad) en el motivo de continuar cada día luchando por mi proyecto. Siempre lo digo: mi Dulcinea particular se llama Pablo y es informático y músico. Buscar aquello que te motiva a luchar contra todas las adversidades es vital antes de ponerte manos a la obra.

2. Cuidado si vienes del Tercer Sector: muchos de los emprendedores sociales venimos de toda una vida dedicada al Tercer Sector. Y eso es una desventaja a la hora de crear un proyecto que funcione ya que el Tercer Sector es un mundo aparte que no funciona con las leyes típicas del mercado. Yo siempre he trabajado en el Tercer Sector antes de emprender por lo que:

– Estaba acostumbrada a trabajar gratis y a crear proyectos de emprendimiento en donde la plantilla fuese voluntariado.
– Sabía crear proyectos pero no servicios
– Estaba acostumbrada a conseguir los recursos mendigando (al Estado por medio de subvenciones o a donantes privados) y no a exigir el cobro de servicios con un valor añadido.
– No entendía bien la correlación tiempo/dinero: estaba tan acostumbrada a trabajar gratis y rodearme de gente que hiciese lo mismo que no era consciente de que tiempo es dinero. Eso hizo que fuese nefasta a la hora de poner tarifas a mi trabajo.
– Sabia como motivar al voluntariado pero no a empleados ni a alumnos en prácticas que deben cumplir con su trabajo (excesivo buenrollismo en donde al final yo tenía que trabajar más horas por no saber cómo poner a la gente en su sitio)
Venir del Tercer Sector también me dio ventajas como acceder a muchos recursos y ayudas, saber trabajar bien en equipo y darle una perspectiva fresca a los proyectos nuevos, pero el gran lastre tenía que ver con la pésima relación que tenía dinero, lo que nos lleva al siguiente punto:
3. Asegúrate de la rentabilidad del proyecto: Mi primer proyecto de emprendimiento “Tinta Azul”, un proyecto de animación a la lectura con niños no tuvo éxito porque cuando comencé me di cuenta de que no me salía rentable. Si cobraba lo que los colegios querían que cobrase como monitora ganaba menos dinero que trabajando para Save The Children y las horas eran las mismas. Como no había investigado sobre las tarifas y los horarios extraescolares en los colegios de primaria, me vi con un proyecto precioso y viable pero que no era rentable.
4. Ten cuidado con las subvenciones, pueden ser una ruina en vez de una oportunidad: para los dos próximos proyectos (Biblioamigos Sevilla y Asociación ADRES) conté con las subvenciones como fuente primordial de recursos. Error: En el primer caso la crisis ya había comenzado con fuerzas y las administraciones públicas recortaron en todos los temas culturales priorizando los asistenciales. ¿De que servía que la gente en riesgo de exclusión leyese si no tenían que llevarse a la boca? Así que nada, decidí cortar mi precioso proyecto socio-literario y centrarme en un tema más urgente, la Responsabilidad Social Corporativa, un área en donde las administraciones no paraban de aumentar sus presupuestos. Pero había tres asuntos con los que no había contado: 1) cambiaron las leyes del tercer sector y ahora no te adelantaban el dinero sino que tu creabas el proyecto por tu cuenta y luego, si eso, te lo reembolsaban. Ese cambio de dinámicas me cogió por sorpresa y obviamente yo contaba con recursos privados para mantener a ADRES pero no suficientes como para procurarme un sueldo digno. 2) La gran competencia en el mundo de la RSE. Cuando yo comencé a idear el proyecto no existían tantas organizaciones con ganas de promover la RSE en España. Pero imagino que las grandes organizaciones no son tontas: están al día de todas las subvenciones que salen y muchas de ellas cambiaron sus estatutos para poder sumarse al carro de la RSE. Resultado: guerra de poderosas Fundaciones contra minis ONG contra la mía. ¿A que no adivináis quien gana siempre? Obviamente las grandes. Conclusión: que aunque consigas adelantar algunos proyectos tienes difícil recuperar el dinero porque las grandes siempre ganan. 3) ¡suena la flauta! Consigo una subvención de la Junta de Andalucía para poder auto emplearme en ADRES a media jornada durante un año. Entonces empieza la pesadilla: meses de papeleos absurdos que culminan en una morosidad extrema. Aquí estoy, con la subvención adjudicada y más de un año sin ver un solo euro de mi sueldo. ¿Cuándo cobraré? Misterio. En palabras de mi padre: “las subvenciones son como un regalo inesperado, puedes pedirlas pero no contar con ellas” pues eso, tened muy en cuenta cómo funcionan estas cosas. A mí me cogieron desprevenida porque en Save The Children yo cobraba religiosamente cada mes. ¿Porqué? Una socia de ADRES que tiene una gran ONG de intervención social me contó el secreto: las grandes ONG hacen acuerdos con bancos para poder adelantar el dinero a sus empleados. A ésta en particular la Junta de Andalucía les debe 100.000 euros. Y de esto me entero yo ahora ¡pobre pringada!
5. Especialízate o muere. Sé que soy pesada con este tema, hasta hice otro post sobre la Especialización. La gente que me conoce sabe que leo libros como si no hubiera un mañana. Pues bien TODOS los libros que leo sobre temas laborales/empresariales incluyen en el Top Ten de imprescindibles la necesidad de especializarse para poder hacer algo mínimamente interesante en el mercado de trabajo. Durante mi máster de Sostenibilidad y Responsabilidad Social Corporativa me desesperé intentado buscar en que campo especializarme dentro de la ya especialización de por si en RSE. ¿Especialización al cuadrado? Si, y creedme que no fue sencillo. Tras sufrir las decepciones de ADRES (no poder conseguir más subvenciones, que no me pagasen la que había conseguido) decidí que mi próximo proyecto de emprendimiento social sería más real y completamente ajeno a las subvenciones, ONG y cosas por el estilo. Sería un proyecto empresarial hecho y derecho: montaría una SL o me haría autónoma, pero tenía claro que ya era hora de espabilarme y comenzar a pensar como una empresaria, no como una gerente de una ONG, que es lo que había hecho los últimos 10 años. Y así estaba: tuve que ver como mis amigos y mi hermana pequeña se independizaban y verme a mí, como siempre, a dos velas trabajando de lo que fuese porque a la administración pública no le daba la gana darme lo que me había prometido. Estaba harta y cansada. De nuevo, debía buscar inspiración para centrarme en un proyecto que a la vez me ilusionase y fuese rentable. En esta fase consulté a todos los expertos que pude: escribí correos a muchos profesionales para que me orientasen, leí más todavía. Mi mentor y presidente de ADRES, Miguel Ángel Moyano, que había terminado el mismo master hace unos años me recomendó que me especializase en un sector al que tuviese fácil acceso.
La verdad es que estaba un poco desesperada, así que decidí irme unos días al campo a despejarme con mi novio. En su casa del pueblo, en Aznalcóllar, ese día habían dejado enfrente de la puerta, en el felpudo, un especial del periódico “El Correo de Andalucía”. Yo, que leo todo lo que se me ponga por delante, cogí el periódico y lo abrí al azar. ¡Y ahí estaba todo lo que yo había estado buscando! Era un especial sobre minería y responsabilidad social. Un periódico entero sobre cifras a nivel internacional, nacional, autonómico. Vamos, la mitad de mi trabajo de fin de máster estaba allí a todo color y en papel reciclado. Me ilusioné tanto que lo decidí al momento: me especializaría en necesidades sociales, responsabilidad social y minería. Además, para más inri averigüé por casualidad que mi tatarabuelo y bisabuelo habían sido mineros. Y más casualidad todavía: mi abuela me contó que su padre (mi bisabuelo) había sido contable en una mina y que además era responsable de las ayudas sociales a los trabajadores (¿mi bisabuelo había sido el trabajador social de una mina?) lo que es la vida. Especializarme en este tema me ha traído oportunidades profesionales que nunca imaginé y desde luego, he creado mi proyecto de emprendimiento social (espero que el definitivo) sobre esta especialización. Y eso nos lleva al siguiente punto que desarrollaré en el próximo post.

emprendimientosocial

FORMACIÓN: QUIEN DA MÁS POR MENOS

El mes que viene, en Octubre, termino una fase en mi vida clave: por fin, terminaré el máster de Sostenibilidad y Responsabilidad Social Corporativa. Y digo por fin porque no se ha hecho ligero: ha durado 2 años y no han sido pocas horas y pocos disgustos.
El objetivo de este blog no es hablar sobre mí, sino tratar de ayudar a otros que están emprendiendo un proyecto social o se dedican a la Responsabilidad Social, así que el siguiente post va a dedicado a todos los trabajadores sociales que me han preguntado en persona o por escrito sobre qué formación tomar después de conseguir el deseado título universitario. No han sido pocos y el tema me parece tan importante que he decidido hacer un post sólo sobre el tema.
La Formación: Master Vs Cursos de 30 horas
En este otro post sobre la importancia de la especialización defendía la necesidad de ser fácilmente etiquetable teniendo un CV coherente y claro, además de la idea de contar sólo con un master y luego cursos concretos que complementen la formación. Meses más tarde y a sólo unas semanas de obtener el título de máster en sostenibilidad y responsabilidad social corporativa, confirmo con más fuerza la misma idea: Los cursos de 30 horas ganan por goleada a los másteres en el mundo del emprendimiento social y del sentido común en general. Paso a describir mis argumentos:

Másteres
1) Primer desventaja (además fácilmente identificable): el precio. Los másteres cada vez están más caros y cuando comienzas tu propio camino profesional emprendiendo, cada euro hay que exprimirlo. Durante esta etapa de entrenamiento he visto tal cantidad de másteres y a precios tan desorbitados que me entraba la risa. Con mis amigos tenemos el chiste de buscar el máster más absurdamente caro de España. Si alguien cree saber cuál es por favor que lo escriba en comentarios y así me rio un rato.
2) Experiencia de los profesores: Lamentablemente, como todos sabemos, el mundo social se ha devaluado hasta tal punto que los profesores de los másteres sociales en ocasiones, no han trabajado nunca ni de lejos en el mundo social y suelen estar de profesores porque se han pasado años de becarios en la universidad o tienen un buen contacto. Ejemplo práctico: fulanito estudió administración de empresas, hizo un doctorado en finanzas y ahora a clases sobre discapacidad en la empresa en el máster de RSC que vale 7000 euros. Conclusión: tal vez tengamos buenos temarios bien documentados pero el profesor normalmente no se “moja” en el tema: no te aporta nada que no puedas encontrar por internet en unas horas.
3) Atención de los profesores: Esta es una triste realidad que he descubierto este año (al menos en mi máster online) los profesores apenas se han comprometido conmigo como alumna, les daba igual si suspendía, no me presentaba a los exámenes, o si me iba a dar un infarto porque mi tutora del TFM de repente desaparece dos meses sin dar explicaciones. Siempre con la sensación de que me están haciendo un favor por atenderme, en vez de tratarme como lo que soy: una clienta y alumna en sus manos.
4) Tiempo: ¡qué importante es el tiempo! Un máster obviamente te quita mucho tiempo y eso debes valorarlo.
Ventajas: suena mucho mejor y queda más bonito en el CV. También son más horas de formación y tal vez de buena calidad si los profesores son decentes. Aun así alguno no lo será y tendrás que pagar por esa asignatura tanto como por la que merece la pena. Yo no desaconsejo estudiar un máster, pero si hacerlo con cabeza y no más de uno (a no ser que te lluevan los billetes verdes y dudo que esa clase de personas lea mi blog)
Ejemplo real: Rocio Cáceres Damas, reconocida profesional de la intervención social con Alzheimer, no cuenta con ningún máster en Alzheimer sólo años y años de experiencia y estudio autodidacta. En vez de dedicar sus recursos (tiempo y dinero) a estudiar un máster los dedicó a crear el Centro Atrade en Sevilla, el primer centro de atención temprana en Rehabilitación Cognitiva que se conoce.
Cursos/Congresos/Jornadas de 30 horas
Son los cursos a los que me refiero a la hora de completar el CV. Para mí, los ideales:
1. Precio: normalmente baratos, nunca vas a pagar más de 500 € por ellos. Muchos están subvencionados por organismos públicos o son parte de tu formación en la ONG para la que trabajes.
2. Experiencia de los profesores: Esto es lo mejor. Normalmente son grandes profesionales con prestigio en su campo y muy especializados. Nunca verás a fulanito doctor en finanzas dando un curso de este tipo, porque aquí los contactos poco importan, importa la trayectoria y prestigio profesional del formador.
3. Atención de los profesores: toda la posible. El curso puede ser presencial u online (mejor si es presencial) pero el formador te hará mucho caso ya que es su prestigio como formador lo que está en juego. A fulanito doctor en finanzas le da igual lo que pienses sobre su forma de impartir el máster. Nada de lo que pienses alterará su trabajo ni reputación en la universidad, en cambio, el formador de 30 horas trabaja prácticamente por el boca a boca y recomendaciones. No tienen una gran institución de la que es empleado para respaldarle. Lo da todo en sus cursos y se preocupa de cómo le ven sus alumnos, que son clientes. Lo mejor es que puedes contactar con ellos por correo electrónico o por teléfono para preguntarles dudas sobre la aplicación del curso en la vida real. Lo normal es que te atiendan aunque hayan pasado 5 años. De esa forma no sólo obtienes el curso, sino también la posibilidad de plantear dudas al formador siempre que quieras.
4. Tiempo: poco, 30 horas. Y lo repito. Para emprender, el tiempo es clave.
Desventajas: al igual que el máster, el curso te añade líneas en tu CV pero no es tan vistoso. Hay reclutadores que les importan mucho los títulos y a otros más las competencias reales de la persona. Saber con quién quieres trabajar te facilita escoger en este tema. En ocasiones existen cursos con mucho status en tu sector, ya sea por el formador o por la dificultad de entrar en ese curso concreto.
Ejemplo Real: yo misma: Cuando trabajaba en Save The Children me planteé seriamente hacer un máster sobre intervención socio-educativa con infancia y juventud, sin embargo, en la ONG me regalaron un curso de 30 horas sobre la metodología Golden 5. Aprendí tanto que dejé la idea de hacer el máster y desde luego aprendí más que en la carrera. Además, de vez en cuando escribía a la formadora para preguntarle dudas sobre los casos difíciles en los que me encontraba en mi trabajo diario. Para mí fue un antes y un después en mi carrera profesional como educadora social. Y no sólo en mi caso. A día de hoy mis compañeros de la ONG piensan igual. La metodología Golden 5 nos cambió como educadores sociales y fue un curso que nos salió gratis y duró sólo 30 horas.

Elegir bien la formación
Cuando se empieza un proyecto con ilusión, ya sea de empleabilidad o de emprendimiento aparece ante nosotros un amplio listado de opciones, cada vez más grande y apetecible. Escoger bien nuestra formación es un paso importante porque nos quitará nuestros dos recursos más escasos: dinero y tiempo. Durante estos de años de “entrenamiento” he preguntado a profesionales a los que admiro del campo social y no social, qué formación supuso un antes y un después en su carrera profesional. Curiosamente, los testimonios sobre los másteres fueron en mayoría negativos por diferentes motivos (o directamente indiferentes) mientras que la mayoría (yo misma incluida) se habían sentido más inspirados en formaciones cortas ya fuesen congresos, jornadas o cursos elaborados por expertos. Por lo menos me han interesado 10 másteres y expertos de diferentes campos y me seguirán tentando toda mi vida. El Pepito Grillo de la “titulitis” no me dejará en paz nunca, porque la verdad, afortunadamente, el mundo nos ofrece tal cantidad de formación maravillosa que cuesta resistirse a sus encantos. Por ello, utilizo esta serie de ítems antes de decidirme a apuntarme a una formación, ya sea gratis o de pago:

                  Uhmm…este tema me interesa..
¿Necesito un TÍTULO O CONOCIMIENTO?

  1. Preguntate:

¿El título es imprescindible para ejercer AHORA?
¿Quiero ser el profesional más increíble sobre la faz de la tierra en este tema?
Si –>  Haz un máster o experto
No –> Entonces necesitas conocimiento
2) A la hora de elegir un título cuando tienes claro que necesitas para ejercer AHORA y quieres ser un superprofesional en el tema ten en cuenta lo siguiente:
¿Tengo dinero para pagarlo?
¿tengo buenas referencias de él?
¿Puedo dedicarle tiempo?
¿Quiénes son los profesores? ¿tienen una buena trayectoria?
¿Cómo son las condiciones de esta profesión?
Encuentra al menos tres personas que hayan hecho ese máster o experto y pregúntales que han conseguido con ese título.
3) A la hora de elegir las distintas formas de conocimiento:
¿Qué me apetece ahora mismo? Podemos elegir entre leer un libro sobre el tema que te interesa, asistir a un congreso, jornada etc o apuntarnos a un curso corto sobre el tema. Yo elegiría en función del tiempo, interés y cantidad de dinero.
– Pocos Recursos: Libro
– Mediano: Evento
– Mucho: Curso online
– Muchísimo: curso presencial

Y este es el mecanismo por el que yo escojo la formación que voy a cursar, espero que con esto responda a todas las preguntas sobre el tema.

¿y vosotros? ¿con qué criterios escogéis vuestra formación? ¿ha existido un curso o máster que os ha cambiado como profesional? Me encantaría saberlo

Nota 1: En realidad este post trababa sobre mis aprendizajes como emprendedora social en los últimos dos años, pero el tema de la formación ha salido tan a menudo en preguntas y conversaciones con compañeros que sin querer ha crecido y ha protagonizado el post. No pasa nada, para otra ocasión.
Nota 2: También tengo que decir que es fruto de mis reflexiones sobre mi papel como formadora en el tema de la Responsabilidad Social. La verdad es que ha sido una sorpresa tener tanta demanda en este tema y eso me ha hecho replantearme qué clase de formadora quiero ser. Sobre el curso que voy a impartir online el próximo mes hablaré en el siguiente post.

titulitis

¡Por fin imparto mi primer curso online! » Trabajo Social en Empresa: Emprendimiento Social y Responsabilidad Social Corporativa»

¡Estimados lectores y lectoras! el 6 de Abril voy a impartir el primer curso online sobre “Trabajo Social en la Empresa: Emprendimiento Social y Responsabilidad Social Corporativa”. El curso me lo ha solicitado el Colegio de Trabajadores Sociales de Cádiz y afortunadamente estará abierto para colegiados y no colegiados, españoles o trabajadores sociales de otros países.
Muchos de vosotros me habéis escrito durante el último año preguntándome si iba a impartir formación sobre mi trabajo en las empresas y aquí tenéis la respuesta: si, por fin me he buscado un hueco y la consultora de RSC para la que trabajo me da dado luz verde para ponerme a ello ¡por fin podré condensar todo lo que estoy aprendiendo en mi día a día en un curso! Al principio pensé en uno de 25 horas, luego en uno de 30…pero a medida que pasaban los meses fui aprendiendo más y más sobre emprendimiento social y responsabilidad social corporativa, así como nuevos nichos laborales que están dentro del desarrollo sostenible y siento que no puedo dejar fuera esa información del curso, así que me he plantado en 60 horas y listo.
Sé que nos encontramos en un momento difícil y el dinero no abunda, así que prometo que mi curso será lo más práctico posible y el fin último y primerísimo será sacarle partido “en el mundo real”. Los lectores que me conocéis personalmente sabéis lo importante que es el sentido práctico para mí: No creo en la titulitis ni en el pdfing (esos cursos que son archivos pdf y listo) para encontrar información sobre emprendimiento social y RSC tenéis el Google a vuestra disposición. Lo que yo quiero que consigamos juntos es trasladaros la información más relevante para nosotros los trabajadores sociales y lo más importante: conseguir entre todos las herramientas y la motivación para ponerlas en práctica en nuestro día a día.
Así que después de darle muchas vueltas la cosa que quedado así:
DENOMINACIÓN: Curso Online “Trabajo Social en la Empresa: Emprendimiento Social y Responsabilidad Social Corporativa”
OBJETIVOS:
– Conocer qué es el Desarrollo Sostenible y qué oportunidades laborales nos ofrece a los trabajadores sociales
– Ampliar la red de contactos profesionales
– Mejorar la empleabilidad de los asistentes
– Facilitar la creación de un proyecto propio de emprendimiento social, responsabilidad social empresarial o de empleabilidad.
– Incorporar conocimientos prácticos sobre las dos vertientes actuales en materia de Trabajo Social y Empresa: emprendimiento social y RSC.

CONTENIDOS:
Tema 1: El Desarrollo Sostenible: qué es y porqué está teniendo una gran importancia en el siglo XXI
Tema 2: El emprendimiento social: un proyecto social sostenible. Cómo proponer un proyecto de trabajo social a una empresa social o montar nuestra propia empresa.
Tema 3: La Responsabilidad Social de las Organizaciones: Administración Pública, Empresas y Sociedad Civil.
Tema 4. Trabajo Social, RSC y Empresa: promoviendo el cambio a nivel interno y externo
Tema 5. Gestión de la RSC en el Tercer Sector
Tema 6. Gestión de la RSC en Empresas de Dependencia
Tema 7. Proyecto de fin de curso: Temas a elegir: proyecto de empleabilidad, proyecto de emprendimiento o proyecto de gestión de la RSC.

METODOLOGÍA: Se utilizará activamente el foro, videos, temario en PDF y lecturas complementarias. Al final de cada tema habrá una actividad práctica que habrá que superar y finalmente un trabajo de fin de curso cuya temática podrá escogerse entre las 3 opciones existentes.
FECHA DE CELEBRACIÓN: Abril-Mayo
COSTE TOTAL: 60 € colegiados 90 € no colegiados
NUMERO MÁXIMO DE ALUMNOS: 25
ENTIDAD ORGANIZADORA: Colegio de Trabajo Social de Cádiz
APUNTARSE EN: gestiontscadiz@cgtrabajosocial.es

 

NOTA: Además, mis amigos de Trabajo Social por Internet me han dicho que puedo añadir al curso su capacitación de 4 horas sobre autoempleo en trabajo social, así que ya sabeis! ¡dos cursos por uno! ; )

Aqui os dejo la información en PDF:

Infocurso

cartel curso

B-SOS: la plataforma de impulso profesional de los trabajadores sociales.

Cada vez son más los trabajadores sociales que no tienen empleo. No sé si ocurrirá a nivel global (veo muchos indicios de que así es por las redes sociales) pero en España, el desempleo juvenil y la precariedad del trabajo si es que existe, empieza a ser dramática.
Nadie estudia Trabajo Social para hacerse rico ¡es complicado hasta llegar a los 10.000 euros de sueldo anual! (siento no poder colgar aquí el estudio de CCOO que revelaba este dato sobre el trabajo social, cuando lo busqué de nuevo no lo encontré). Pero los trabajadores sociales, a pesar de nuestros poco recursos siempre salimos adelante y un buen ejemplo son los múltiples proyectos que están saliendo con verdadero esfuerzo de trabajadores y trabajadoras sociales valientes.
Una de estas trabajadoras sociales guerreras es sin duda Sandra Merchán, fundadora y trabajadora social de Alternativa Gestión del Conflicto, empresa Valenciana que se dedica a la mediación.
También es fundadora del proyecto B-SOS, la plataforma de impulso profesional para trabajadores sociales, que ahora mismo se desarrolla en el Colegio de Trabajo Social de Valencia, en España.
Sandra me escribió y me invitó a ir como colaboradora para hablar de mi trabajo en el mundo de la RSC y del emprendimiento social. No me lo pensé ni un segundo ¿volver a visitar la preciosa ciudad de Valencia? ¿Conocer a más trabajadores sociales inquietos de España? ¡Allá voy!
Sobre B-SOS
B-SOS es una plataforma de impulso profesional, nace con el fin de potenciar a las personas y a sus proyectos. La plataforma B-SOS basa su filosofía en compartir el espacio, el conocimiento y los contactos de trabajo, entendidos como los tres recursos claves para conectar nuestras profesiones con el mundo laboral.
¿y cómo funciona? A través de la colaboración de otros profesionales que inspiran e imparten formación, información, experiencia en otros sectores que cuentan con TS en sus organizaciones tanto publicas como privadas. Genera un espacio de referencia para Trabajadores Sociales inquietos y con espíritu creativo, con necesidad de generar vías de colaboración profesional, y con ganas de conectar con equipos de trabajo que complementen sus proyectos laborales.
Los objetivos son:
– Unir ideas con personas y a personas con ideas.
– Compartir conocimiento y enriquecer proyectos y relaciones profesionales.
– Explorar nuevos espacios profesionales.
– Movilizar al Trabajador social desempleado.
– Crecer como Colegio Oficial del Trabajo Social
Incluye:
– Talleres Mensuales
– Jornadas externas
– Servicio de Orientación laboral
– Servicio de Mentoring de Proyectos

Mi experiencia allí
Fui invitada por el Colegio de Trabajo Social de Valencia como ponente en el taller mensual de Noviembre.
Tuve suerte de que hizo un día espléndido en Valencia, Sandra Merchán y yo hicimos migas enseguida ¡teníamos tanto de que hablar! Pero no había tiempo: a las 17.30 había que empezar con el taller. Dejé mis maletas en el piso de Sandra y fuimos en coche hasta el Colegio. Allí pude conocer a otros trabajadores sociales muy interesantes como Ángela Guardiola e Inés Endrina.
Hubo muchas preguntas en el taller y eso me gusta y me estimula, además después fuimos a una cafetería cercana con más compañeros y compañeras. Hasta vino un chico psicólogo al taller. Me gusta que otras profesiones se interesen por el trabajo social.
Aparte del buen tiempo, tuve la suerte de coincidir con el día del Emprendedor. Sandra Merchán, que había ganado hace poco el premio a Mujer Emprendedora me llevó a una cena junto a otros jóvenes premiados. Aparte de que el local me encantó, también me encantó la compañía. Era la guinda para un día perfecto en Valencia. Trabajadores sociales, emprendedores, hamburguesas ricas…
Al día siguiente cogí el tren de vuelta a Sevilla feliz aunque mareada por lo largo que es el viaje en el Talgo (¡8 horas!).
Muchas gracias a Sandra Merchán y todas las personas que me encontré allí. El proyecto B-SOS continuará en Valencia y tratarán de llevar a más profesionales para que inspiren nuevos proyectos. Enhorabuena a los creadores y espero que continuéis así: animando a los trabajadores sociales a que no se resignen al desempleo o al estatus quo. Estamos en una época difícil pero interesante ¡no nos desanimemos!
¿Y vosotros? ¿Participáis en algún proyecto sobre empleo? ¿Creéis que este proyecto se puede replicar en otros colegios/universidades de Trabajo Social?

Bsos

TRABAJADORES SOCIALES EMPRENDEDORES (IV): ROCÍO BLANCAS. FIRMA QUATTRO MÁLAGA.

malaga

A lo largo de los años varias veces he entrado en la página web de Firma Quattro Trabajo Social. En una de las ocasiones me di cuenta de que en el apartado de Contacto, aparecían dos sedes: una en Sevilla (la conocida oficina donde Ana Hernández atiende a sus clientes) y otra en Málaga.
Me llamó mucho la atención saber que en Málaga Firma Quattro tenía otra sede. ¿la dirigía Ana Hernández desde Sevilla? ¿la habría fundado otra trabajadora social? ¿cómo trabajaría la empresa en Málaga? En algún momento (no sé cuándo ni quien agregó a quien) tuve a Rocío Blancas, Responsable de de Firma Quattro en Málaga en mi Facebook y no dudé en pedirle una entrevista para Trabajo Social Corporativo.
¿Queréis conocer su historia? ¡Pues vamos a ello!

– Cuéntanos como empezaste en Firma Quattro:
– Rocio- Ya hace bastantes años tuve la gran oportunidad de formarme con Ana Hernández…
– ¿ a través de…?
– A través de la Universidad de Huelva y posteriormente del colegio de TS de Madrid, donde realicé la especialización en peritaje social. Me quedé entusiasmada con lo que ella transmitía y con el alto nivel de conocimiento que adquirí en esas horas de formación. Siempre quise formar parte de la plantilla de Firma Quattro, para mí era un sueño. Y hace unos años me desplacé a Sevilla para hacerle una propuesta a Ana a fin de abrir una sede en Málaga. Ella, con la calidad humana que tiene de atender y ayudar a todo el mundo y su buen criterio, apoyó mi iniciativa desde un primer momento…Y nos pusimos manos a la obra.
¿Has trabajado alguna vez en el Firma Quattro de Sevilla?
– No, no he trabajado nunca. Pero voy a menudo para asistir a las reuniones de coordinación con Ana y con los demás miembros del equipo…
¿y ahora mismo en estos años, que servicios estáis desarrollando?
– Tenemos clientes individuales y colectivos. Realizamos peritajes sociales y mediación familiar para clientes individuales. Y nuestros clientes colectivos son empresas y mutuas de accidente de trabajo y enfermedad profesional. Actualmente intervenimos con los empleados de una gran empresa de ámbito nacional y atendemos a las personas que han sufrido accidentes de trabajo de la mutua.
– ¿y todo ese trabajo no te ocupa el tiempo completo?
– ( se ríe) Si, me ocupa todo el tiempo. De hecho, estoy en una época de mi vida muy orientada al ámbito profesional. Para mí es muy importante seguir apostando por ello, porque me entusiasma mi profesión y porque disfruto mucho aprendiendo con los casos que me llegan. Además, siempre digo que es un placer caminar de la mano de quien, para mí, es la gran maestra del Trabajo Social, Ana Hernández.
– ¿Conoces el blog Trabajo Social Corporativo?
– Si, lo conozco.
Yo lo enfoco mucho al emprendimiento social y a la responsabilidad social empresarial. Tienes alguna formación o conocimiento de responsabilidad social empresarial? ¿en tu trabajo diario con las empresas es importante?
– Si claro. Cuando una empresa decide contratar un servicio de trabajo social está apostando por la responsabilidad social corporativa. Está invirtiendo en la calidad de vida de su equipo humano. Y en el día a día se evidencia cómo la labor del trabajador social redunda beneficiosamente en sus empleados. Empiezo a observar que, cuando un empresario conoce lo importante que es nuestra intervención, no puede prescindir de nosotros.
– Hay poca información sobre el trabajo social de empresa. ¿podrías hablarnos un poco más de esta forma de intervención? Por ejemplo, ¿Cuántas horas le echas a la empresa nacional con la que trabajas en Málaga?
– Pues no podría hablar de horas fijas en esta empresa, porque atendemos los casos que nos llegan a demanda. Es decir, que hay días que le dedico 1 hora y días que dedico 6, en función de la demanda existente.
Para que me haga una idea: ¿la empresa os llama y os dicen “necesito tal servicio”?
– El servicio que prestamos, concretamente desde Málaga, es demandado directamente por los empleados de dicha empresa. Realizamos las entrevistas pertinentes y realizamos informes sociales. El objeto prioritario de nuestra intervención es valorar y gestionar de manera profesionalizada el fondo de acción social puesto a disposición de los empleados. Y la intervención social, como es lógico, se realiza de manera paralela a la gestión de este recurso interno.
Entonces, ¿con las empresas siempre se trabaja a partir de los informes sociales?
– En la empresa para la que trabajamos en Málaga sí, pero hay otras posibilidades. Por ejemplo, en una de las empresas que lleva Firma Quattro en Sevilla, la trabajadora social tiene un horario de atención y se encuentra a disposición de los empleados en el mismo centro de trabajo. Atiende a todos los trabajadores, desde los que ostentan cargos de operarios hasta directivos. Creo que esa idea es muy importante, Almudena. El trabajo social tiene que estar presente para cualquier persona. Hay una frase de Ana, no se si la conoces, que es muy descriptiva y dice “detrás de cada persona tiene que haber un trabajador social”.
Si, la conozco, aparece en su libro.
– La verdad es que es muy acertada esa afirmación. Debemos llegar a todas las clases sociales. Tenemos que ser conscientes de nuestras capacidades como profesionales del trabajo social y nuestro amplio ámbito de actuación… No estamos solamente para atender a personas en situación de marginalidad. Porque todas las personas, sea cual sea su situación económica, pueden presentar problemas sociales. Pensemos en situaciones de violencia de género, ludopatías, alcoholismo…son problemas que necesariamente no tienen una relación directa con el factor económico pero que pueden alterarlo a medio plazo. Los trabajadores sociales tenemos que realizar actuaciones preventivas y esto no lo podemos perder de vista.
¿Te has encontrado con resistencia profesional en nuestro campo?
– ¡muchísima! Sobre todo resistencia vinculada a los complejos que tenemos, vinculada al desconocimiento de nuestra profesión y al factor ideológico. Yo personalmente soy fiel defensora de los servicios sociales, y por supuesto que defiendo que tenemos que estar para las personas que más lo necesitan. Pero no estoy de acuerdo en que éste sea nuestro único ámbito de actuación. Tenemos una inmensidad de competencias aún por explorar. Y el objetivo de que nuestros servicios lleguen a todo el mundo lo tengo muy presente en mi día a día.
En realidad esta situación la tenemos concretamente en España, en otros países no ocurre esto. Me gustaría saber tu opinión sobre la situación actual del trabajo social.
– Bueno. La situación es desalentadora si nos quedamos anclados en nuestros orígenes y en el concepto de que estamos sólo para las personas marginadas. Entiendo que el gasto público debe ser acorde a las necesidades sociales, que hay que defenderlo y me entristece que se esté debilitando la acción social con las personas más vulnerables. También considero que, llegados a este punto, puede resultar instructivo analizar el trabajo social en otros países y aprender a reinventarnos. Es una buena oportunidad para ello. Por ejemplo, en Inglaterra la gran mayoría de los trabajadores sociales (social workers qualified) actúan en ejercicio libre como peritos forenses. En Argentina, no se celebra un juicio sin antes haber ofrecido a las partes litigantes unas sesiones de mediación familiar. En Perú, en cada empresa existen trabajadores sociales que intervienen con los empleados… Quiero decir con estos ejemplos que si tenemos conciencia del inmenso campo que podemos abarcar, seguramente la defensa de nuestra profesión sería más amplia y contundente.
– ¿cuáles dirías que son tus puntos fuertes como trabajadora social?
– Soy muy meticulosa en mi praxis, cuidando por ejemplo de nuestra principal herramienta de trabajo: los informes sociales. Fuera de nuestro ámbito, muchas personas infravaloran nuestra profesión, porque nos consideran poco científicos y poco técnicos. Por eso considero fundamental cuidar nuestros instrumentos propios.
¡y soy muy positiva también! Siempre pienso que el ámbito social es inmenso y que en él, todos tenemos cabida. Esa convicción me ha abierto muchas puertas.
– De todos tus servicios en Firma Quattro, ¿cuál es tu favorito?
– Pues tengo que reconocer que me apasiona el ámbito forense. También me gusta la docencia. Ana y yo acabamos de impartir un Curso de Especialización en Dictamen Pericial Social a través de la Universidad de Málaga y la experiencia ha resultado muy satisfactoria, por la ilusión manifiesta del alumnado y por todo lo que han (y hemos) aprendido. Pero en general, todo lo que hago relacionado con esta profesión me entusiasma.
– Para terminar, ¿qué consejos le darías a los lectores de Trabajo Social Corporativo?
– Además de recomendar que nos reciclemos continuamente, el consejo fundamental es que mantengamos la ilusión, incluso en momentos de crisis. Somos muy necesarios en esta sociedad, y lo somos para todas las personas. Que exploren el ámbito privado, donde tienen cabida infinidad de ideas y, el que lleguemos lejos o no, sólo depende de nosotros.

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¿y vosotros? ¿alguna vez habéis pensado en montar una franquicia de un proyecto que ya existe? ¿pensais que es mejor crear un proyecto propio o unirse a uno que admiréis?